"Los winkas también tenemos derechos"

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El ex candidato a diputado nacional por Cambiemos, Sergio Capozzi, opina sobre los pueblos originarios en la región.

LOS WINKAS TAMBIEN TENEMOS DERECHOS
Por Sergio Capozzi

A veces, como si fuera parte de mi vicio profesional, me da por leer algunos artículos de leyes que son necesarias para mi trabajo diario y, cuando me entran dudas más existenciales, de fondo, leo la Constitución Nacional. Esa Carta Magna que tendríamos que leer todos, como si fuera la Biblia, el Corán o el Talmud laico, profano, pero no por eso menos valioso y fundacional.

Y digo que todos la tendríamos que leer porque en nuestra actividad diaria, aún dentro de nuestras propias viviendas, realizamos actos que pueden afectar los derechos y garantías de otros. Ve, sin querer le estoy tirando una punta sobre lo que estoy hablando. Hablo sobre derechos y garantías. A las pruebas me remito.

Ahí nomás, a poco de empezar, se va a encontrar con el artículo 8, donde se afirma que los ciudadanos de cada provincia gozan de todos los derechos, privilegios e inmunidades inherentes a título de ciudadano, es decir: somos todos iguales, desde el Presidente hasta el último habitante del pueblo más chico y remoto del país.

Si lo que dice ese artículo le gustó, éste le va a gustar más. El artículo 10 dice que el interior de la República es libre de derechos la circulación. Va queriendo no? Ni le cuento lo que se escribe en el 14. Sostiene que podemos transitar, salir, entrar, disponer de su propiedad y profesar libremente su culto. Chan.

Pero somos tan buenos que la misma Constitución le reconoce los mismos derechos y garantías a los extranjeros que habiten nuestra tierra y es más, a ellos no se les puede cobrar contribuciones extraordinarias. Se acuerda del Preámbulo, ese que recitaba el primer presidente de esta etapa democrática que estamos viviendo desde hace treinta y cuatro años: y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino.

Ojo, no todos son derechos y garantías, es lógico que tengamos algunas obligaciones. Entre ellas claramente se dice que no se puede poner en peligro el ejercicio de la Constitución, a tal punto que si así se hiciera se pueden suspender las garantías que la misma ley madre contempla.

Si todavía no se aburrió y no se le cerraron los ojitos, es probable que llegue al artículo 75. Es interesante, aunque bastante largo. Se refiera a las atribuciones del Congreso y en su inciso 17 señala que una de sus atribuciones es Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.

Desvelado por la curiosidad podrá bucear por convenios internacionales que la misma Constitución dispone que sean considerados como parte integrante de la misma. Uno de ellos es del año 1967, se firmó en Nueva York y se refiere a la eliminación de toda forma de discriminación racial.

Leído esto, estoy en condiciones de reclamarle al señor Presidente, a los Gobernadores, legisladores y miembros de los distintos poderes judiciales que por favor no me discriminen por ser Winka.

Vivo en San Carlos de Bariloche. Algunos de mis vecinos son descendientes de suizos que llegaron a estas tierras en el siglo XIX, otros de españoles, no sé cuando llegaron sus antepasados, lo mismo que los italianos que atraídos por la ley Hogar, del año 1888, dejaron la península para hacer su casa en el medio de la nada, sin caminos, puentes, ni hablar de servicios. Ellos se establecieron en la Patagonia junto a muchas etnias más, algunas allende los mares y otras residentes en la región desde tiempos inmemoriales.

Excede a estas líneas la discusión sobre cuándo, cómo y de dónde vinieron los mapuches. Incluso preguntas básicas sobre cuándo comenzó a usarse ese nombre, que aparece escrito recién en el siglo pasado. La verdad no tengo la respuesta y no creo que sea el centro de la discusión. Yo no me prendo en esta. “Son chilenos, que se vuelvan a Chile”, “mataron a los Tehuelches, ellos eran ladrones y asesinos que violaban a las chinas, las secuestraban y las vendían como esclavas, igual que al ganado.” No es que me no me interese el tema, es que no tengo respuesta y sospecho o, mejor dicho tengo la certeza que del otro bando tampoco eran nenes de pecho y lo que es más, cuando se distribuyeron las tierras después de la campaña de Roca, es evidente que la repartija no fue equitativa.

Lo que a mi me interesa es lo que pasa hoy. Lo que le pasa al fiscalero, el tipo que con su familia hace más de cien años que ocupa y trabaja un campo y el estado nacional no le reconoce derechos. Me interesa el que hace años se instaló en esta bendita Patagonia y, si era extranjero no podía comprar tierras lindantes con la frontera. Me interesa las familias que con muchísimo esfuerzo compraron su terrenito, algunas veces a un martillero tránsfuga y por eso nunca pudieron escriturar. Me interesa el tipo que quiso poner un emprendimiento turístico y le pidieron veinte habilitaciones, desde bosques, parques, prefectura, municipalidad y la mar en coche.

Resulta que si yo soy dueño de un departamentito y mi inquilino deja de pagar el alquiler, no puedo entrar a mi propiedad si primero no hago un juicio que dura años, pago tasas, honorarios y como si eso fuera poco tengo que hacerme cargo de los impuestos que ese mal bicho no pagó.

Se da cuenta hacía dónde voy? Si a un winka le usurpan una propiedad, como este muchacho es respetuoso de las leyes, tiene que esperar un montón para recuperarla, si es que alguna vez lo logra.

Bien. O mal. Parece que no todos somos iguales ante la ley, como mi querida Constitución afirma. El congreso, dijimos, reconoce la preexistencia étnica y cultura de los pueblos indígenas pero, esto no es un bill de indemnidad (perdón, me traicionó el abogado interno). Que el congreso nacional diga, lo mismo que nuestra provincia, que hay que reconocer que la preexistencia, no basta para que quienes afirmen ser miembros de una comunidad indígena pasen por encima de la ley. Si así lo hacen, mi querida Constitución dice que eso es sedición. Pavada de calificativo, traidor a la Patria, enemigo de la misma, etc., etc..

Hoy tenemos miles de descendientes de pueblos originarios. Su inmensa mayoría están integrados a nuestro pueblo, al cual le falta mucho tiempo para ser Nación. Esto lo lograremos cuando nuestros descendientes se hayan olvidado del origen de sus respectivas familias. Lo mismo están integrados los tanos con los gallegos, los alemanes con los ingleses, los católicos con los judíos, si queremos llevar la discusión al nivel religioso.

Obvio que nadie está obligado a integrarse. Algunos son más duros. Dicen, no me consta, que los gitanos y los armenios son bastante reacios. Es probable que alguna tribu del Noreste argentino lo sea y también algunos mapuches. Y está muy bien.

Yo aprendí a hablar italiano porque me daba vergüenza no hablar la lengua de mis abuelos, también como pastas y me puso muy triste la eliminación de Italia para el Mundial 2018. Aún así, nunca se me cruzó por la cabeza ir a Italia con una bandera azul y amarilla, instalarme a las afueras de Génova y declarar la República Xeneixe alegando que ésta era preexistente al estado Italiano que a mediados del siglo XIX (le suena la coincidencia) ayudó a fundar Giuseppe Garibaldi. Si lo hubiese hecho, habría ocurrido una de estas dos cosas: me internaban en un hospicio o me ponían en el primer barco con rumbo desconocido.

En nuestra Patagonia, eso no ocurre. En el año 2006 se dictó la ley 26.160, por la cual se declara la emergencia de las tierras que tradicionalmente ocupan comunidades indígenas. Esta ley acaba de ser prorrogada nuevamente, va a tener mínimo trece años de vigencia y el asunto estará sin resolver pero, es lo que tenemos y con lo cual nos debemos mover.

Si no los aburrió la lectura de la Constitución, podemos leer esta ley y vamos a ver cosas interesantes. Por ejemplo, se trata de reconocer derechos a quienes tradicionalmente ocupan ciertas tierras. Se entiende? No es que ahora yo voy a Génova y me instalo. Tenía que haberlo hecho antes de la ley y si no me dejaban, demostrar eso también. Dice la ley que tienen que ser comunidades reconocidas e inscriptas cuatro años antes del 2006. La posesión debe ser Actual, Tradicional y Pública y fehacientemente demostrada.

El lago Mascardi está dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi. Dentro del mismo hay algunas comunidades indígenas. Ninguna en inmediaciones del viejo hotel Mascardi, hoy destinado a la escuela de Guarda Parques.

Lo que si hay en la zona es una cantidad importante de winkas, que compraron legítimamente sus lotes y construyeron sus casas, armaron sus hogares y formaron sus familias.

Hace unas semanas un grupo de desconocidos, que se autoidentifican como mapuches, incluso dan un nombre de una comunidad que nadie conoce, se han instalado en el lugar. Pusieron tranqueras, cortaron cables de energía eléctrica, amenazan a funcionarios públicos, empleados de Parques, de la Cooperativa de Electricidad y roban materiales de las casas linderas. Han sembrado el terror. Los winkas no saben qué hacer, si se van saben que pierden sus casas y sus bienes muebles, si se quedan pueden perder la vida.

Qué ha hecho Parques Nacionales? Actuó como la ley manda. Fue a la justicia federal, dejó un escrito, acreditó que ante la ley estas tierras le pertenecen, que nos pertenecen a todos. Y cuál fue la respuesta de la justicia? Fueron con un grupo de funcionarios, un drone y quisieron identificar a los ocupantes. Los echaron a pedradas.

Ha pasado una semana desde el comunicado de los ocupas que dicen que no se van a ir porque estas son tierras que les pertenece por derecho ancestral. Hablan de territorio y de fuerzas esotéricas que los llevan a tomar esa decisión.

Ante esta situación, el nuevo paso que da la justicia, la nuestra, la única, es convocar a una reunión en la sede local de la Administración de Parques. Aquellas comunidades indígenas reconocidas confirmaron su asistencia. Las no reconocidas, las usurpadoras, no van a la reunión y tratan a los otros de “traidores”, amenazando que sobre ellos caerá el peso de la venganza.

No puedo dejar de pensar en los winkas que están solos, sin luz, sin comunicaciones, rodeados de esos usurpadores. Cómo manejarán la angustia, el miedo. Qué estarán diciendo sobre el juez que prolijamente cumple su protocolo sin darse cuenta que a 35 kilómetros de su escritorio hay gente en peligro.

Qué pasa con las respuestas rápidas ante situaciones que ponen en riesgo vidas y bienes? Preocupan más esos intereses o no ser escrachado en los diarios? Espero que la justicia no sea lenta, tardía e ineficiente. Permítaseme soñar.

No puedo dejar de pensar en los Carabinieri italianos. Cómo me hubieran respondido?

17 noviembre, 2017
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