Cómo se puede mejorar el tránsito en Bariloche

Columnistas

Uno de los grandes desafíos que  enfrenta la ciudad en materia de tránsito vial es su ordenamiento. Desde hace un tiempo atrás, trasladarse de un lugar a otro se ha convertido en una odisea que enfrentan los vecinos y turistas al momento de circular por las calles de nuestra Bariloche, y esta problemática va en aumento. Escrito por Néstor Vidal.

(Por Néstor Vidal).- El crecimiento urbano de tamaño medio,  producido en la ciudad recientemente, ha  sido acompañado por la intensificación de los niveles y tipos de desplazamiento tanto de bienes como de productos y de persona y, ante el alto grado de motorización, se enfrentan hoy innumerables problemas relacionados con el tránsito y con el transporte. Estas circunstancias conducen a la búsqueda de nuevos desafíos más eficientes al momento de la implementación en los sistemas de gerenciamiento y de gestión municipal sobre la movilidad y una mayor concientización sobre la seguridad vial en nuestra ciudad.

 En este sentido para combatir los efectos negativos del tráfico,  muchas ciudades del interior del país están buscando formas de mejorar y planificar de manera más eficiente, la infraestructura de transporte.

 En Bariloche el automóvil particular y la motocicleta o ciclomotor (los que van últimamente en aumento) constituyen los principales medios de desplazamiento, incluso para mínimas distancias, circulando a altas velocidades y compartiendo calzada -muchas veces deteriorada o de tierra- con peatones, con carros y bicicletas. Sin embargo, cuando se planifican y ejecutan políticas urbanas y viales no siempre se tienen en cuenta las especificidades de cada lugar.

 En las localizaciones urbanas de reducida población, como lo es Dina Huapi o las localidades de la línea Sur, alejadas de las grandes ciudades, los usuarios no suelen cumplimentar las normas reglamentarias (no usan cinturón ni casco de seguridad, los ciclistas y peatones circulan en zigzag, se utilizan las calzadas cómo ámbito de encuentro social) y no existen profundas acciones por parte del gobierno local en cuanto al tratamiento de la infraestructura vial o contralor de la circulación.

 Los problemas de tránsito en las ciudades de tamaño medio son inversamente proporcionales a la cantidad de transporte público de pasajeros respecto del parque automotor existente. En tal sentido, aparecen como principales causas, las siguientes:

  • Un rápido crecimiento poblacional y de trabajo.
    ● El uso más intensivo de vehículos privados.
    ● El aumento explosivo del parque automotriz privado.
    ● Los sistemas de transporte colectivo de baja calidad.
    ● Los sistemas ferroviarios con déficit operativos crecientes.
    ● La deficiente construcción de infraestructura vial.
    ● La ausencia de conciencia de las normas de tránsito.
    ● La concentración en el tiempo de los viajes de trabajo.
    ● El deseo de vivir en zonas alejadas de los centros urbanos.
    ● La preferencia de realizar desplazamientos en automóvil.

 Por otro lado, el fácil acceso a la compra de una motocicleta o de un ciclomotor ha generalizado su circulación en la ciudad, con casos de traslados -por ejemplo-de familias enteras (matrimonio y tres hijos) hasta el centro y sin cascos, ignorando que el “efecto garrapata” es contrario a la seguridad vial. Por lo que se debe entonces desde la gestión de Tránsito Municipal o del área correspondiente realizar un monitoreo constante de la siniestralidad, mapear su localización, identificar sus características y sus causas, y tomar inmediatamente medidas correctivas para revertir tal situación.

 La movilidad urbana constituye uno de los grandes retos de las políticas públicas, este profesional les recuerda que la palabra “accidente” connota hechos imprevistos y azarosos, y por ende es una barrera para enfrentar la problemática del tránsito.

En la República Argentina hoy ocurren miles de muertes y lesiones por temas de tránsito, por lo consiguiente se impone la necesidad de tratar esta cuestión también desde la perspectiva de una política de salud pública preventiva.

Los principales problemas de siniestralidad están asociados al factor humano y al diseño y estado en que se encuentran la rutas de la provincia y las calles de nuestra ciudad. 

Se debería efectuar un estudio técnico y profesional para distinguir los lugares de alta concentración de conflictos viales: las travesías urbanas o periurbanas y las vías de penetración. Dicho análisis convendrá que sea independientemente del diseño que posean (ruta, circulación, calles, etc.), aglutinan inconvenientes de conservación, producto de la interjurisdiccionalidad, de tránsitos intersectoriales mezclados con tránsitos locales, de algunos vehículos livianos con otros de gran tamaño, de desplazamientos veloces con lentos, etc.

La propia Dirección Nacional de Vialidad determinó que más de la mitad de los siniestros que ocurren en la red vial principal nacional se producen en menos del 4% de la longitud de la misma en coincidencia con las zonas urbanas y suburbanas. Es importante entonces que, en materia de gestión del tránsito, a modo de prevención de siniestros, estos puntos se encuentren correctamente señalizados y controlados.

Autos modernos, viejos camiones, colectivos, carros, tractores, motos, bicicletas y peatones, conviven en un mismo espacio, pero a distintos ritmos. Si bien el exceso de velocidad es una de las causas más importantes de siniestros viales, también lo es el entorpecimiento de la fluida circulación. Cada medio de transporte requiere de una lógica de movilidad determinada. Asimismo, el escaso por no decir nulo mantenimiento de las calzadas y de los vehículos -muchos de ellos sin la necesaria habilitación y verificación técnica- inclusive vehículos oficiales, son también importantes elementos que suman riesgo a la movilidad.

En nuestra ciudadademás de los problemas asociados a la existencia de camiones, que transitan por diferentes puntos de la ciudad, los kilómetros, o por circunvalación, donde hay que también incorporarle la movilidad a veces obsoletos y deteriorados, que circulan sin las mínimas condiciones de seguridad. NO hay que olvidarse de muchos vehículos y motos que juegan al gato y al  ratón en el paisaje urbano por las calles de los barrios altos, sin identificación alguna y/o en situación de precariedad extrema de documentación habilitante. En tal sentido, la presencia activa y fiscalizadora del área de Tránsito y Trasporte local en la fiscalización y control de estos asuntos resulta altamente primordial y necesaria su presencia no solo en las principales calles sino aleatorias.

En este punto, la utilización del ciclomotor ha irrumpido para favorecer muchos desplazamientos diarios de recorridos reducidos, instalándose como una alternativa a la movilidad tradicional. Su agilidad en el recorrido, la facilidad de estacionamiento y su bajo consumo impulsaron la masificación de su uso. Sin embargo, el municipio a la fecha no ha ejercido aún un estricto control sobre la forma en que son utilizados: mayormente circulan sin licencia y sin casco, por ejemplo. Dado su crecimiento exponencial, deberán implementarse políticas activas para su regulación y fiscalización en esa materia.

Ya es sabido públicamente que el consumo de “alcohol y estupefacientes” forma parte de uno de los problemas sociales más importantes de nuestra ciudad. Y, en particular, la salida de los locales nocturnos (bailables, pubs, cafés, etc.) constituye uno de los núcleos de la cadena de responsabilidades en la siniestralidad vial.

Si bien el consumo de alcohol se produce en estos lugares, cuando se retiran nadie efectúa acciones coordinadas de cooperación para que el regreso se realice con seguridad. Esta es una de las principales causas de accidentes en jóvenes, que asociado con la sensación de «libertad y poder» que les ofrece la alta velocidad, conforman un cóctel explosivo.

                            Continuará….

31 marzo, 2024
3100 lecturas
Comentar