Diez días en Re

Realidad, ficción e imaginación

Luego de casarse e irse de Luna de Miel, él se da cuenta que no la ama. El original y contradictorio inicio de la novela escrita por Sergio Bizzio atrapa al lector desde el principio, en una historia colmada de incertidumbre... y desamor. Un especial de Nora Blok para B2000.

Diez días en Re

Por Nora Blok para Realidad, ficción e imaginación de B2000

 

Una isla costera y una certeza: el desamor a primera vista. La circunstancia no es la óptima para obtener esta revelación: en la luna de miel. Sin embargo, sucede. El planteo, sin dudas, es original.

Después de la fiesta de bodas, Irina y Carlos iniciaron su luna de miel. Seis horas y media de vuelo, hotel y playa. Sentado frente al mar sobreviene la revelación: “En ese instante, con el brazo todavía en alto, una sensación terrible zigzagueó por su cuerpo a la velocidad del rayo:” Dios mío, no la amo”.

Una metáfora del descubrimiento y su brazo en alto, un síntoma. Es el proceso inverso: el desamor en un instante que –como manifestación- se contrapone al tan popular: amor a primera vista.

El brazo extendido –como saludo- a Irina cuando se dirige al mar es el presagio de una persona apenada y triste que se repliega porque comienza a sentirse culpable. Una extremidad que se resiste a volver a su punto normal y requiere de colaboración para hacerlo.

Como un pasajero en tránsito, interrogantes precisos se instalan en él. Y como tal resuelve “(…) Muy bien, no podría ir hacia atrás para anular el matrimonio, pero tampoco hacia adelante: sería una brutalidad”.

Irina aprecia ligeros cambios. “Era muy inteligente y perceptiva”. Asoman dudas; pero su impulso natural es avanzar y disfraza el desconcierto. En definitiva, lo acalla y satisface el curso de su programa: playa, sol y deleite.

Días en que él le huye a la intimidad. “Necesitaba estar a solas, no a solas con ella”. Las estrategias son sugestivas. Irina –molesta- lee sus actitudes; pero nada dice.

Ambos viven la luna de miel como si fueran unas vacaciones, donde cada uno se viste de uniforme: “malla, ojotas, anteojos y escenifica la “comedia de malabaristas”.

Los pensamientos fluyen en uno y otro con su carga emocional particular. También ellos se enfrentan a las contingencias de distinto modo. Aceptación y resignación. “Remordimiento, vacío, cansancio, taquicardia”.

Conocen a Wilson, un instructor de buceo, un típico hombre que vive del turismo y obtiene utilidad de lo que se le presenta. A Zumo, un adolescente quien juega -en la historia- un papel clave. A Edna y Carl, extraños personajes, quienes escriben su propio cuento.

Todos personajes con sus particularidades. Dejan al descubierto prácticas sutiles -con ligeras variantes- de los disímiles modos de imperturbabilidad. Retazos de una polifonía de voces singulares.

Numerosos programas para evitar el trato inseparable y, sin embargo, escriben metáforas de esa soledad de dos. Una de ellas, la pérdida de ambos en una selva a la que se arrojan y la obtención de una vivencia que los transforma.

Ciento veintidós páginas que huyen de las simplificaciones. Irina y Carlos, en el vaivén entre lo subjetivo y objetivo, en el montaje de pequeñas escenas y medias palabras, por intransigentes, ninguno se enajena.

Descubrimiento y encubrimiento. Ambas fuerzas explicativas se solapan. Y un final en el que “un rulo en el mar” y “un pájaro” son claras señales que permiten pronosticar, de manera provisional, cómo puede proseguir la historia.

No obstante, Carlos no cesa en transparentar sus pensamientos, sus sentimientos, sus elecciones. Es obvio que no solo entra, después de dejar atrás la isla, a un mundo que no conoce. Con todo, no se percata que Irina, del mismo modo, también comienza a avanzar hacia lo inexplorado.

En coincidencia con Diego Erlan,” la literatura de Sergio Bizzio es un viaje de ida. Desde la primera línea, sus historias proponen un desafío. Hay que embarcarse sin entender muy bien cuál será nuestro destino final”.

Autor argentino con premios. “Rabia” una excelente novela y el Premio Internacional de la Diversidad, por ejemplo.

19 febrero, 2018
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