A punto de que se venciera el plazo estipulado por la Carta Orgánica, fijado para cada 30 de septiembre, el Ejecutivo Municipal envió una nota al Deliberante pidiendo una prórroga para la presentación del presupuesto 2022. El intendente Gustavo Gennuso fue quien firmó el pedido en el que además se compromete a enviar la estimación de ingresos y gastos en un plazo no mayor a siete días.
En el escrito al que tuvo acceso a este medio, Gennuso asegura que en el último repaso de la redacción del proyecto de ordenanza se encontraron “inexactitudes materiales”. Según explicó a los concejales, el inconveniente se produjo por la disposición de los documentos que le dan sustento a un esquema que tiene que estar acompañado de un mensaje explicativo, en términos financieros, y un programa de trabajo para el siguiente año fiscal.
Recientemente, en declaraciones a la prensa, desde la comuna se esbozaron algunos datos respecto a cómo quedará integrado el nuevo presupuesto. Por caso, se mencionó que el dinero a disposición del todos los organismos municipales alcanzará la cifra de 8.000 millones de pesos, un 37% por encima de los 5.100 millones presentados para todo el 2021.
El año pasado, y aún con el impacto de la estricta cuarentena que se mantuvo vigente en todo el país, desde la Secretaría de Hacienda se había calculado un incremento del 42% en todas las percepciones municipales, una cifra superior a la que había presentado el gobierno nacional (29%). Es por eso que el ajuste que pensó el municipio para el 2022 podría superar la pauta de este período, más aun teniendo en cuenta que la Nación estableció un índice inflacionario del 33% para todo el año y un dólar oficial a 131 pesos.
Entre los ítems a seguir de cerca se prevé que la comuna contemple los subsidios para el Transporte Urbano de Pasajeros, luego de que el gobierno nacional diera a conocer que mantendrá la misma disponibilidad de fondos del 2021 en materia de acompañamiento a las provincias.
Además de los aumentos en tasas y multas, también se espera conocer el impacto de la masa salarial municipal, el dinero disponible para obras propias, la deuda con proveedores y la disponibilidad de nuevos programas municipales. Tampoco se descarta el surgimiento de nuevos tributos, una estrategia que ya se intentó a finales del 2020 y que incluyó una discusión que llegó hasta hace algunos meses con el intento de incorporar una tasa a los combustibles para obras de infraestructura vial.
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