La herida perpetua

Columnistas

Escribe Nora Blok para su columna sobre la obra de Almudena Grandes, acerca del problema de España y la regeneración del presente.

En tiempos convulsivos, azotados por la corrupción y la incertidumbre, Almudena Grandes cuya producción escrita –ficcional o no- focaliza en la memoria, presenta “La herida perpetua. El problema de España y la regeneración del presente” en ciento sesenta y siete columnas periodísticas entre 2008 y 2018.

Columnas recopiladas en el formato de libro en las que se exhibe la situación que vive la sociedad española y por ella, a través de personas con nombre y apellido, se desmenuzan los problemas claves -de una década- en la península ibérica..

El contenido expone los efectos económicos en la gente, los desmanes de la corrupción, la llegada del PP (Partido Popular español), en el 2011 al poder, la moción de censura de 2018 y la incertidumbre agobiante de sus habitantes.

Una realidad política y social desde la mirada que explicita:” republicana, de izquierda y anticlerical” y en la que, varias veces, no oculta su bronca y alza la polémica. Los temas no son irrelevantes: crisis institucionales, morales, de prestigio de la política y de desconfianza en los mecanismos del Estado.

Escritos que analizan un tiempo de la España actual, en la que algunos visibilizan una impresión: un país dividido en dos. Una imagen y, en ella, un quehacer político en el que algunos presuponen estar habitando “un país normal”.

En relación con esta calificación de “país normal”, es categórica al enunciar el argumento en el que ostiene: “” España es un país normal cuando juega la selección de fútbol” porque, entre otras cosas, no olvida sus símbolos.

Además, declara: “estos 10 años parecen un siglo. Ha sido una década muy frenética, con la crisis como el gran tema.
Siempre he dicho que la crisis económica fue la más visible de una crisis sistémica, mucho más compleja que la económica. Hemos vivido una crisis territorial, institucional, incluso moral”, declara y el foco se instala en personas y sucesos.

Numerosos acontecimientos duelen y supuran en el espejo de las ambiciones y de las traiciones: el paro (individuos sin trabajo) corrupción, crisis económica, las manifestaciones de fuerza, las huelgas, los boicots y sindicatos que no moderan sus excesos.

Así, señala que la corrupción ha sido otro de los «grandes acontecimientos» de esta década en la que los españoles se han acostumbrado «a ver cosas» que pensaban que nunca verían. También subraya que este tema no está resuelto porque, aunque «los corruptos están en la cárcel, los corruptores no».

En varias series de columnas, aparece un epígrafe en el que se cita la voz de ciertos personajes de sus novelas (“El corazón helado”,) del narrador (“Inés y la alegría”), de (“Los besos en el pan”) o de (“El paciente del doctor García”), entre otras.

Ese epígrafe se cita al comienzo – como corresponde- en esa sucesión de producciones y, de acuerdo con la función asignada a ese paratexto, expresa la idea o pensamiento que las inspiran y, en consecuencia, la interpretación de la subjetividad inherente incita a la tarea activa del lector.

Ninguna de sus observaciones, análisis y conclusiones provoca indiferencia, aunque todo suceda en un país que por razones históricas no nos es desconocido y porque –también- los acontecimientos en otras circunstancias y en otra geografía no resultan recónditos y nos invitan a reflexionar.

En síntesis, como señala Juan Díaz Delgado en el Epílogo:” En su tiempo, Ortega y Galdós reflexionaron sobre la sociedad; en el nuestro, podemos afirmar que Almudena Grandes representa el “pensamiento en acción”.

Su consolidación como escritora y con proyección internacional de la literatura española nos ofrece, esta vez, su mirada aguda sobre el peso de la historia y con una singular mirada sobre la memoria de la que se nutre su producción escrita.

 

7 septiembre, 2019
784 lecturas
Comentar