Las elecciones presidenciales se desarrollaron con normalidad pero los electores pusieron la cuota de color a una jornada signada por la política partidaria. Al llegar a las escuelas lo primero que llamó la atención fue la gran cantidad de fiscales con los que contó cada mesa, donde las principales fuerzas dijeron presentes para seguir de cerca el recuento de votos.
Como sucede en cada elección, el regreso a las aulas permitió ver de cerca el estado de los edificios escolares. Sin embargo el particular diseño de algunas de ellos obligó a que las mesas se enfrentaran unas con otras y dejaran pasillos del ancho de un televisor de pantalla plana.
No faltaron quienes alzaron sus tijeras para adelantar lo que harían dentro del cuarto oscuro. Es que las fuerzas locales apuntaron al corte de boleta para evitar que los partidos nacionales arrastraran la mayor cantidad de votos con sus listas únicas.
La buena afluencia a los centros de votación siguió la media nacional y se pudo ver a una buena cantidad de adultos mayores, quienes no están obligados a participar de la elección, llegando hasta las mesas para dar su opinión sobre el contexto actual.
Ni siquiera una religiosa quiso dejar pasar la oportunidad de participar del acto cívico y, a media mañana, llegó hasta una escuela de Dina Huapi donde la elección incluyó candidatos por el gobierno municipal de esa ciudad.
En la Escuela Secundaria 20 dos hombres se dedicaron a sonreír ante una pregunta que encontró respuesta en el parecido que tenían. Los hermanos se reencontraron en la Mesa 340 y solo pudieron ser diferenciados a partir de sus documentos y con ayuda de las autoridades y fiscales presentes.
Los políticos respetaron su turno para votar y se mostraron acompañados por familiares y asesores. Este fue el caso del intendente Gustavo Gennuso quien llegó junto a su esposa y fue recibido por funcionarios del gobierno municipal. Por otro lado el concejal Daniel Natapof repitió la foto de las elecciones municipales y llegó a la urna con su hija en brazos.
Los chicos de la Escuela 321 lograron mantener a Arabela Carreras como una cliente habitual. Es que, por tercera vez en el año, la gobernadora electa pasó por el buffet y colaboró con los niños comprando algunos de los productos que ofrecieron durante la mañana.
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