Mussolini, último acto

Crónicas / por Hans Schulz

Escribe Hans Schulz, para su sección Crónicas. Expresa que para los interesados en las efemérides de la historia y en el buen cine vale la pena recomendar hoy uno de los clásicos del cine italiano de la década del 70 del siglo pasado: “Mussolini, último acto”, del director italiano Carlo Lizzani. La película describe los últimos cuatro días de la vida del dictador italiano.

Hans Schulz

Mussolini

Ultimo acto

Un clásico del cine (1974)

Para los interesados en las efemérides de la historia y en el buen cine vale la pena recomendar hoy uno de los clásicos del cine italiano de la década del 70 del siglo pasado: “Mussolini, último acto”, del director italiano Carlo Lizzani. La película describe los últimos cuatro días de la vida del dictador italiano Benito Mussolini, es decir los de su huida infructuosa hacía Suiza y su ejecución por parte de un grupo de partisanos italianos el 28 de abril de 1945, dos días antes del suicidio en Berlín de Adolf Hitler. Lejos de la gran épica de sus días de gloria, la huida del líder fascista transcurre a lo largo de complejas negociaciones entre grupos de partisanos, indecisiones varias de fascistas fanatizados y no tanto, sugerencias de miembros de la iglesia católica y apremios de soldados y oficiales del ejército alemán que huyen hacía su país. 

Minimalista y lejos del estilo de entretenimiento a que nos tiene acostumbrado el cine de Hollywood la película semeja un documental. 

Actores como Henry Fonda, Franco Nero y Rod Steiger (Mussolini) le otorgan al largometraje una cuota de profesionalismo que el tema amerita. Ennio Morricone aporta la banda sonora. 

Habituados a ver las imágenes gloriosas que los fascistas alguna vez  produjeron sobre ellos mismos o de leer los escritos conspirativos de algunos escritores locales que hablan de un Hitler escapado y a salvo, cobijado en nuestras tierras, no deja de ser instructivo el hecho de conocer los mezquinos detalles de la huida de este dictador criminal, otrora tan poderoso. En el largometraje, Benito Mussolini, disfrazado, temeroso, consumido, abandonado y lejos del poder, ha recuperado definitivamente su verdadera dimensión humana. El destino lo ha alcanzado.  

Es sólo un relato de cuatro días de su vida, que para los que saben ver, dicen mucho más de lo que muestran.   ¿Qué más se le puede pedir al cine? 

Un breve contexto

El 28 de abril de 1945, en la localidad de Giulino di Mezzegra, en el norte de Italia, un grupo de partisanos ejecutó a Benito Mussolini junto a su amante Clara Petacci. Dos días después se suicidaba Adolf Hitler en su bunker de Berlín. Si bien la muerte de ambos dictadores estuvo a la altura de sus respectivos regímenes genocidas, sus países, durante los últimos años de la guerra, tuvieron un desarrollo dispar. 

En Italia, en julio de 1943 y luego de la invasión aliada al sur del país, Mussolini fue depuesto por el Gran Consejo Fascista y arrestado por orden del Rey. En septiembre del mismo año el nuevo gobierno italiano firmó un armisticio con los aliados. El mismo mes los alemanes comenzaron la ocupación del norte y centro de Italia y rescataron a Mussolini de su prisión en el Gran Sasso. Intervino en la operación el comando Otto Skorzeny, que al finalizar la II Guerra vivió unos años en la Argentina de Perón. 

Unas semanas después de su rescate se funda la República Social Italiana o “República de Saló”, ya que allí funcionó la sede de su gobierno. A las sombras del conflicto bélico comenzó entonces en Italia una guerra civil encubierta entre los partisanos y los fascistas que duró hasta 1945. 

Según el historiador inglés Ian Kershaw unos 40.000 partisanos perdieron la vida en estos combates, otros 10.000 antifascistas cayeron víctimas de las represalias y alrededor de 12.000 fascistas o colaboradores suyos fueron eliminados en operativos de “limpieza”. Los partisanos llevaron adelante una verdadera guerra de liberación nacional y lograron controlar muchas ciudades del norte de Italia ya antes de finalizada la guerra en abril 1945. 

En un caso que nos remite a nuestro propio pasado local, no podemos olvidar que nuestra ciudad albergó al SS Erich Priebke, que participó de la Masacre de las Fosas Ardeatinas en Roma, uno de los tantos episodios criminales de esa larga y cruenta guerra civil italiana.     

 

28 abril, 2017
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