Personas decentes

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Las promesas políticas suelen volverse huecas. La Ley está escrita, pero nadie las lee, entonces otros deciden que está bien y qué está mal. En ese contexto, coexisten quienes sobrellevan con entereza la vida o emigran por estas y otras acciones en nombre de “la pureza ideológica” puesta en acción.

Así, dos historias enmarcan un relato: una cercana (2016) y otra que remite a 1919. En ese trayecto, el título es clave, en el que los juramentos y proposiciones de la Economía, la Agricultura y la Planificación para los habitantes de la isla se disipan en un espejismo agobiado por proposiciones inacabadas.

“Personas decentes” de Leonardo Padura (cubano) en su última novela (2022) hace un empalme de esos años de la mano del emblemático personaje- detective Mario Conde, con sus sesenta años a cuestas y muchas cuestiones policiales que resolver hasta llegar a la trama oculta de unos asesinatos.

La Habana de 2016 vive un momento histórico: la visita de Barak Obama, un concierto de los Rolling Stones y un desfile de Chanel. Suma que coloca a su población en estado de júbilo, pues se añade la probabilidad de un alud de turistas “yumas” (extranjeros) por sus pagos y propinas.

Antes, en una ciudad que se pronostica como la Niza del Caribe, se vive a la espera del cometa Halley y sus resultados factibles y, en ese tejido, otras muertes enrolladas en vicios penados, una serie de personajes recalcan todo lo ilegal en un espacio teóricamente reglamentario.

Ambos asesinatos de una y otra época desenrollan un hilo difícil de elucidar. Sin embargo, para el detective la trama policial, cuyas historias dan cuenta de varias muertes y numerosos crímenes físicos, históricos y espirituales, nada resulta improbable.

Sin apartarse de la investigación previa y de la invocación a algunas libertades que el género consiente, el tránsito hacia la resolución ofrece diversas peripecias y el conocimiento de una galería de individualidades imperecederas y hasta acreditadas en esta composición ficcional

Las ligaduras de pasado y presente, justamente, instalan el acceso al universo de los nefandos (seres abominables), de axiomas persistentes (las verdades absolutas no existen, la gente necesita creer en algo, por ejemplo), de interrogantes atemporales (quién fija las fronteras de la corrupción, qué es la decencia – más allá de la definición del diccionario- por qué importa más el escándalo, el miedo, las pérdidas comerciales, el morbo y no una muerte concreta.

La crítica aplaude la llegada de esta novela y, en coincidencia con Felipe Vivanco, La Vanguardia, es una novela llena de momentos inolvidables…que alcanza cotas sorprendentes de emoción y adicción.

Leonardo Padura (La Habana, 1955) tiene reconocimiento internacional con sus novelas policiales protagonizadas por Mario Conde, su creación, pero- por lo demás- cuenta con numerosos premios.

13 julio, 2023
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