Una novela criminal

Realidad, ficción e imaginación

Una puesta en escena de un secuestro de tres personas en México inspiró al escritor Jorge Volpin a narrar el hecho real en una novela sin ficción. Un compendio de testimonios y pruebas colectadas por el autor pone en jaque a las fuerzas de seguridad que planearon la escena y a los medios de comunicación, cómplices de la acción.

Una novela criminal

Por Nora Blok para Realidad, ficción e imaginación de B2000

En México, ciudad de apabullante tránsito, esmog y ruido, tiene lugar la historia de Israel Vallarta y Florence Cassez. Penoso, cruel y desgarrador hecho de la realidad con una advertencia en la que se anticipa el género: “Lector, estás por adentrarte en una novela documental o novela sin ficción”.

Un país que, en el 2005, bajo la presidencia de Vicente Fox, observa azorado o es víctima del “crimen organizado” y para combatirlo nombra a Genaro García Luna (AFI) y a Luis Cárdenas Palomino (SIEDO) como “pilares de la nueva política de seguridad”.

Dos nombres de relieve en el tratamiento del caso, en el formato novela, por aquello de que “la novela sirve para muchas cosas. Una de ellas, para evadirse de la realidad. Pero también, cuando esta se muestra esquiva, caótica o llena de fugas, para ordenarla”.

Israel Vallarta (mexicano) y Florence Cassez (francesa), pareja sentimental -por ese entonces- son acusados del secuestro de una madre y su hijo y de un joven. Se emprende para su detención una puesta en escena en televisión y, semanas después, se reconoce que el montaje sucede a solicitud de los medios, según la voz oficial; pero más tarde se revela que la demanda proviene de la policía.

El país atónito observa durante “dos horas y media, en los principales noticieros de la televisión mexicana, esta insólita pieza teatral”. No todos creen lo que ven. Los indicios son tan extraordinarios que quienes poseen conocimientos, vacilan.

Un comienzo que vaticina diversas irregularidades en un deseable y "debido proceso” en el que son instalados los “presuntos secuestradores”. Se habla del “Caso Zodíaco” y pese “a la golpiza, los malos tratos y abusos físicos” ambos terminan en el Arraigo (un lugar de detención) en el que cada interno es identificado por colores.

Es decir, los delitos de los que se los acusa se registran en el uso de una camiseta. “Verdes para los criminales de cuello blanco; amarillas para los narcotraficantes y rojas para los secuestradores”.

“Pruebas sembradas por los mismos agentes que aseguran haberlas descubierto”, “entrevistas con un equipo de psicólogos forenses” y de ellas una conclusión: “el retrato robot de nuestros Bonnie & Clyde” conforman un expediente voluminoso y el día a día de Florence e Israel, privados de libertad.

La elección de Nicolás Sarkozy como presidente de Francia y el electo, en México, presidente Felipe Calderón, en la primera visita oficial de este último, el caso Cassez no requiere demasiado tratamiento. Sin embargo, una invitación a los padres de Florence a la boda de la hija de unos amigos, cambia el rumbo de lo acontecido, después de casi dos años de arresto.

Mientras tanto, Florence recibe a un secretario del Juzgado, quien le comunica su sentencia por indicación de un custodio (…) “la jueza Sánchez Contreras la ha encontrado culpable de los delitos de privación ilegal de la libertad, en la modalidad de secuestro, en perjuicio de Ezequiel, Cristina, Raúl y Christian; de violación a la “Ley Federal contra la Delincuencia Organizada” de portación de armas, cartuchos de uso exclusivo del ejército, armada o fuerza aérea”. Los cargos suman “noventa y seis años de prisión”.

“Sin proceso justo” comienza otro calvario para Florence. No obstante, aparecen tres mujeres que comienzan a hacer la diferencia, pues son las primeras en leer y “en detectar las groseras contradicciones del caso”. Sarkozy y Calderón inician el esclarecimiento del sumario de cargos y los dos incriminados se convierten “en rehenes de un duelo de egos presidenciales”.

Sarkozy y Calderón desarrollan estrategias para mantenerse en sus objetivos. Toman decisiones, por ejemplo, crear “especialmente una medalla al mérito policial para Luis Cárdenas Palomino”. En el caso de Francia, celebrar el “Año de México”. Este último termina cancelado y transparenta el enfrentamiento de los dos presidentes.

Algunas voces se alzan. Entre ellas, el relato De Mauleón en “La verdad secuestrada”. Un texto que –por primera vez- rasga la verdad oficial. En él, asevera:” Todo lo que el expediente dice puede ser verdad, salvo que mucho de lo que expediente dice es contradictorio, y el conjunto, paso a paso, una verdad digna de sospecha o una mentira digna de indignación”

Es un tecnicismo jurídico, “el efecto corruptor”, con críticas a favor y en contra el que hace, después de siete años, que Florence abandone su celda y se instale en Francia, pues se le concede “el amparo liso y llano”.

Es interesante observar los argumentos esgrimidos en la Suprema Corte de Justicia mexicana, cuyo propósito es lograr consenso y una votación por mayoría para este tecnicismo.

Un procedimiento que tuvo sus vaivenes instruye del siguiente modo: “queda aprobado el proyecto modificado por mayoría de tres votos y, en consecuencia (…) que se ponga en inmediata y absoluta libertad a la quejosa Florence Cassez”.

Israel, “sin proceso justo y equitativo”, continúa preso en El Altiplano. Nunca se hizo lugar a “las iniciativas, invenciones y variaciones de testimonios, que se enjuagaron en una maraña”. Otro nombre: Eduardo Margolis cuya semblanza, en el relato, hay que reconstruir resulta una voz a la que prestar atención importa.

Un caso resonante. Acciones dudosas que nunca cesaron y se avalan con documentación. Dura historia para leer sin apuro. Es producto de diez mil páginas de expedientes y un proceso de escritura de tres años.
Jorge Volpi, mexicano, es uno de los integrantes de la llamada “Generación del crack”, renovación del panorama literario en México después del “Boom”, con una narrativa que incluye segmentos contemporáneos y una visión cosmopolita.

Una vasta producción literaria traducida a treinta idiomas y varios premios internacionales. Fue nombrado Caballero de la Orden de Artes y Letras en Francia y en 2011 recibió la Orden de Isabel la Católica en grado de Cruz Oficial. Es Licenciado en Derecho y doctor en Filología hispánica. “Una novela criminal” es su última producción con premio, también.

7 junio, 2018
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